Infecciones. Si la molestia inicial continúa después de la cicatrización, hay que consultar a un dermatólogo.
Alergias. En forma de eccema de contacto, la piel se inflama, produce vesículas, exuda y pica, no desaparece hasta eliminar el causante.
No se aconsejan los tatuajes y el piercing a las personas afectas de diabetes, insuficiencia renal o enfermedades cardíacas congénitas: una eventual reacción alérgica sería peligrosa. Si el material utilizado por el tatuador no es estéril y de un solo uso, existe peligro de contraer enfermedades infecciosas.